Imagina que los radicales libres son como pequeñas moléculas inestables en nuestro cuerpo. Estas partículas buscan estabilizarse robando electrones de otras moléculas cercanas. Cuando roban un electrón, dejan a esas moléculas en un estado inestable, y estas moléculas a su vez pueden convertirse en radicales libres. Esto puede generar una especie de reacción en cadena, donde cada vez más moléculas se vuelven inestables y dañadas.
Cuando estamos corriendo, nuestro cuerpo necesita mucho oxígeno para generar la energía necesaria. El problema es que el proceso de producción de energía puede generar radicales libres como subproducto. Estos radicales libres pueden dañar nuestras células y tejidos.
Cuando los radicales libres dañan nuestras células, puede haber consecuencias negativas para los deportistas de resistencia, como:
pueden atacar y dañar las células musculares, lo que puede causar dolor, debilidad y disminución del rendimiento.
Los radicales libres pueden provocar una respuesta inflamatoria en el cuerpo. Aunque la inflamación es una respuesta natural para reparar el daño, un exceso de radicales libres puede prolongar y empeorar la inflamación, dificultando la recuperación y el rendimiento atlético.
El daño causado por los radicales libres puede contribuir a la fatiga muscular durante el ejercicio de resistencia. Cuando los radicales libres se acumulan, pueden agotar los antioxidantes del cuerpo, que son moléculas que neutralizan los radicales libres. Esto puede llevar a un mayor daño celular y a una sensación de cansancio y debilidad muscular.
El daño oxidativo en las células musculares puede disminuir la eficiencia y la capacidad de generar energía, lo que puede afectar negativamente el rendimiento deportivo.
ESTES OXIDATIVO
Imagina que el cuerpo es como una fábrica que produce energía para que puedas correr. Al igual que cualquier fábrica, este proceso de producción de energía puede generar subproductos no deseados, llamados radicales libres. Los radicales libres son como pequeñas «chispas» que pueden dañar las células y los tejidos.
Cuando corres, tu cuerpo necesita más energía, por lo que trabaja más intensamente y produce más radicales libres.
El estrés oxidativo es como una especie de «cortocircuito» en tu fábrica corporal. Los radicales libres atacan las células y las dañan, lo que puede generar varios problemas para los corredores:
Lesiones musculares: El estrés oxidativo puede dañar las células musculares, lo que puede provocar dolor muscular y retrasar la recuperación. Por ejemplo, cuando sientes ese dolor muscular al día siguiente de un entrenamiento intenso, es posible que parte de ese dolor sea causado por el estrés oxidativo.
Fatiga: Los radicales libres también pueden agotar tus reservas de energía y afectar la producción de energía en las células. Esto puede hacer que te sientas cansado y fatigado durante la carrera.
Mejorar el estrés oxidativo
Consumir una dieta equilibrada y rica en antioxidantes: Los antioxidantes son como «extintores de incendios» que pueden apagar los radicales libres. Puedes obtener antioxidantes de frutas y verduras frescas, nueces, semillas y otros alimentos coloridos.
Descanso adecuado: El descanso y la recuperación son esenciales para permitir que tu cuerpo repare el daño causado por el estrés oxidativo. Asegúrate de dormir lo suficiente y darle a tu cuerpo tiempo para recuperarse entre sesiones de entrenamiento.
Afectar a nuestra salud
Sí, el estrés oxidativo puede tener un impacto negativo en la salud si se produce en exceso y no se contrarresta adecuadamente. El equilibrio entre los radicales libres y los antioxidantes es crucial para mantener la salud y prevenir enfermedades.
Cuando el estrés oxidativo se vuelve crónico y persistente, puede dañar las células y los tejidos en el cuerpo, lo que puede contribuir al desarrollo de diversas enfermedades como:
Enfermedades cardiovasculares: El estrés oxidativo puede dañar las células de los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares como la aterosclerosis, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares.
También en relación con las enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la enfermedad de Alzheimer, el Parkinson y el cáncer. El daño oxidativo puede contribuir al desarrollo y progresión de estas enfermedades.
Envejecimiento acelerado: El estrés oxidativo puede acelerar el proceso de envejecimiento al dañar las células y los tejidos en todo el cuerpo. Se cree que el estrés oxidativo contribuye a la aparición de arrugas, pérdida de elasticidad de la piel y otros signos del envejecimiento prematuro.
Disfunción del sistema inmunológico: El estrés oxidativo puede comprometer el sistema inmunológico, debilitando la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y enfermedades. Esto puede hacer que una persona sea más susceptible a enfermedades y tenga una recuperación más lenta.
¿Al correr se mejora el estrés oxidativo?
Al correr, se produce un aumento en la producción de radicales libres y, por lo tanto, puede haber un aumento en el estrés oxidativo en el cuerpo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que correr, también va a tener efectos beneficiosos sobre el estrés oxidativo.
Cuando te ejercitas de manera regular, tu cuerpo se adapta y se vuelve más eficiente para combatir el estrés oxidativo. Aquí hay algunos mecanismos a través de los cuales el running puede mejorar el estrés oxidativo:
Aumento de la producción de antioxidantes endógenos: El ejercicio regular puede estimular la producción de enzimas antioxidantes en el cuerpo. Estas enzimas actúan como defensas naturales contra los radicales libres, neutralizándolos y reduciendo el daño oxidativo.
Mejora de la función mitocondrial: Las mitocondrias son las estructuras celulares responsables de la producción de energía. El ejercicio aeróbico, como correr, promueve la biogénesis mitocondrial y mejora la eficiencia de las mitocondrias, lo que puede reducir la producción excesiva de radicales libres durante el ejercicio y minimizar el estrés oxidativo.
Efecto antiinflamatorio: El ejercicio regular puede tener un efecto antiinflamatorio en el cuerpo. Si bien el ejercicio intenso puede desencadenar una respuesta inflamatoria aguda, el ejercicio regular y moderado puede ayudar a regular la inflamación crónica. Esto es importante porque el estrés oxidativo y la inflamación están estrechamente relacionados, y reducir la inflamación puede tener un efecto positivo en el estrés oxidativo.
Mejora de la capacidad antioxidante del cuerpo: El ejercicio regular puede aumentar la capacidad antioxidante del cuerpo al promover la síntesis de antioxidantes endógenos y mejorar la absorción de antioxidantes dietéticos a través de una alimentación saludable. Esto ayuda a contrarrestar los efectos negativos del estrés oxidativo.