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Puede que las salidas largas constituyan el tipo de entrenamiento que más nos gusta a todos los corredores por montaña, es el día más simple pero a la vez más complejo, simplemente hay que correr durante un tiempo y disfrutar del paisaje. ¿A que parece fácil?

Pues a veces lo fácil lo convertimos en difícil, y de ser el día para disfrutar, muchas veces acaba por convertirse en un calvario por los errores más comunes:

Hacer un test competitivo. Si la semana pasada hice el recorrido en 3 horas, voy a intentar bajar 10 minutos.

No tiene ningún sentido convertir un entrenamiento en una competición, cada entrenamiento sigue un objetivo por lo que al hacerlo a una intensidad más elevada de la establecida no estaremos entrenando debidamente, de manera que la mejora en el tiempo no será visible.

Salir a entrenar con grupo. Mi entrenador me ha puesto el entreno en Zona 1 pero no puedo descolgarme de mis compañeros aunque vaya en Zona 3.

Hay que saber con qué grupo salimos a entrenar. A veces es un poco difícil ya que el entrenamiento es totalmente individualizado y es difícil encontrar a compañeros con las mismas características. A menudo, sin salirnos de las pautas fijadas para cada uno de nosotros podemos acordar con nuestros compañeros qué posibilidades tenemos de entrenar juntos.

Pasarnos de horas. Hoy me encuentro de 10 y puedo hacer un par de horas de más.

Igual que si nos pasamos de intensidad, si nos pasamos con el volumen de entrenamiento también conlleva consecuencias negativas en la periodización del entrenamiento ya que al hacer horas de más nuestra musculatura queda más resentida y no podremos entrenar con normalidad a la semana siguiente.

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Mala nutrición e hidrataciónPor dos horas que estoy en la montaña no hace falta llevarme comida ni bebida.

No vale solo prepararnos bien en una competición, sino que también tenemos que prever el gasto energético que vamos a tener en un entrenamiento. De manera que debemos llevarnos siempre la comida y la bebida necesarias para desarrollar un entrenamiento con las máximas garantías posibles.

No llevar material adecuado. Hoy voy por terreno fácil, no hace falta que me lleve mochila.

Aunque sea un entrenamiento corto, siempre debemos de llevar un mínimo de material de seguridad.  Si tienes una caída en la montaña, pueden pasar horas sin que pase nadie a socorrerte por lo que un teléfono móvil y una manta térmica, deberían de ser OBLIGATORIAS en todas tus salidas.

Facebook runner. Menudo álbum de fotos estoy haciendo, mis amigos van a alucinar cuando vean todas las fotos que he hecho.

A todos nos gusta llevarnos un buen recuerdo del entrenamiento que hemos tenido por lo que no pasa nada si paramos y nos hacemos un par de fotos para el recuerdo, otra cosa es parar cada 10-15 minutos y hacer fotos. Si rompemos el ritmo  no estaremos ajustándonos al objetivo del entrenamiento.

Mala climatología. Hace 35º a la sombra, pero hoy tengo que salir como sea.

Hay que conocer qué tiempo vamos a tener durante el entrenamiento para prevenir las posibles inclemencias que vayamos a encontrar. Si vemos que hay probabilidad de lluvia deberíamos de llevarnos un chubasquero y si hace mucho calor deberíamos de llevarnos un poco más de agua de lo normal.

Baja carga de energía. Hoy no hace falta que desayune, total vamos a dar un paseo de 2 horas.

No hay que subestimar los entrenamientos largos, si no tenemos una buena carga de energía nos llevaremos un mal recuerdo en forma de hipoglucemia (pájara). Desayuna bien, para cargar tus pilas y que duren en todo el recorrido.

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