Caminando se llega más lejos

Estás en el último tramo de una subida. Estás ascendiendo caminando porque tus piernas no dan para más. Tus respiraciones son rápidas y muy fuertes. De repente oyes como viene un corredor por detrás. Te habla y tú apenas puedes contestarle porque casi te ahogas en tus respiraciones. El corredor sigue su camino caminando sin apenas costarle mientras que tú te quedas atrás. ¿Has vivido esta situación alguna vez?

Dentro de la carrera por montaña se contempla el caminar. Cuando el terreno se complica mucho o la pendiente te obliga. La mejor estrategia es la de caminar. No por ello la debes obviar y relacionarla solo con aspectos negativos como la fatiga. Convierte esta acción tan habitual en una potente arma que te lleve mucho más lejos de lo que puedes imaginar. Quédate con estos consejos:

Camina para economizar

En una de las últimas investigaciones (Giovanelli et al, 2015) donde se relacionaba la economía de carrera con la pendiente se pudo comprobar que con pendientes inferiores al 9.4% era mejor correr, mientras que con pendientes superiores era más eficiente caminar.

Esta regla te puede venir de perlas justo en el inicio de un entrenamiento o prueba. Si en los primeros kilómetros te encuentras con una rampa con una pendiente media o alta. Una buena idea es empezar a caminar aunque nos dé la sensación de que podamos correr sin problemas. La idea es ahorrar la máxima energía posible y no malgastarla.

Entrénalo

Pueda que parezca algo fácil y cotidiano ya que estas acostumbrado a caminar a diario. Aprender a leer el terreno es importante para desarrollar un buen ritmo en la subida. Tu musculatura debe buscar adaptaciones específicas al caminar por la montaña por lo que un buen entrenamiento es básico. Senderistas, alpinistas o personas relacionadas con deportes de montaña o outdoor tienen una enorme ventaja respecto a las personas que no tienen a la montaña como medio principal.


“Todos los pensamientos verdaderamente grandes se conciben mientras caminamos»
Friedrich Nietzsche

Si quieres mejorar esta faceta. Búscate una subida larga e intenta subirla caminando lo más rápido posible que puedas pero sin dar una zancada corriendo. Aunque uno de los mejores consejos es pasar tiempo en la montaña. Aprovecha los fines de semana para sumar tiempo con una salida de trekking con tu familia o amigos. 

Mejora cardiovascular

Nada más la pendiente empieza a subir tus pulsaciones se disparan. No importa que lo hagas caminando o corriendo. La diferencia será la intensidad que solo tu mismo podrás controlar. Por ello caminar es una magnífica herramienta para pasar ese tramo complicado con el menor desgaste posible. Para convertir esta acción en una arma poderosa. Introduce en tu entrenamiento intensidades más suaves para que tu sistema cardiovascular aprenda que cuando la pendiente suba hacia arriba las pulsaciones se mantengan en una zona estable y no se disparen.

Búscate  una pendiente menor del 10% e intenta caminar de manera rápida. Las intensidades deben estar entre la zona 1 y la zona 2. A medida que vayas mejorando puedes ir sumándole metros y pendiente a tu entrenamiento.

El Ca-Co un gran aliado

Como ya comente en el artículo más CACO y menos COCO. La técnica de alternar caminar y correr te puede ayudar en esta faceta. Este trabajo está muy indicado para inicios de temporada o para personas que dan sus primeros pasos en la carrera por montaña.  

Si aplicas el CACO en las subidas busca una subida que tenga pequeños descansos en forma de pequeñas bajadas o falsos llanos para dar unas pequeñas zancadas en esos tramos. Por lo que no se recomendaría que se corriera más del 20% del tiempo total en la ascensión en los primeros pasos para ir alargando hasta un 50%.

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